Fiscalía investiga abusos y maltratos en la congregación “Siervas del Plan de Dios”

Son veinte denuncias de mujeres que pertenecieron al grupo religioso fundado, así como el Sodalicio, por Luis Fernando Figari. El Arzobispado de Lima y la cúpula de la Iglesia Católica en el Perú han guardado silencio.
(Composición gráfica: Miguel Vásquez Vicente)

Contaron su verdad, esperando justicia, pero esta aún se hace esperar. Al menos 20 exreligiosas de la institución católica Siervas del Plan de Dios denuncian haber sufrido maltrato, abusos y vejaciones dentro de la entidad que pregona la vida consagrada y los valores de Cristo.

Siervas del Plan de Dios fue fundada en 1998 por Luis Fernando Figari, quien también estuvo al mando del Sodalicio de Vida Cristiana. Ambas son instituciones dedicadas a captar a jóvenes y adolescentes para adoctrinarlos a dedicarse a servir a Cristo. Para entrar, hay que cumplir con ciertas características: tener dinero, venir de una buena familia, tener una tez blanca, ojos claros.

En el libro Mitad monjes, mitad soldados, el periodista Pedro Salinas narra los abusos que cometió Figari y su cúpula de poder contra jóvenes. Los testimonios narran cómo fueron expuestos a castigos severos, humillaciones en público, degradación moral y espiritual. En Siervas ocurrió un escenario bastante similar.

EL FOCO tuvo acceso a un documento del Ministerio Público donde se le solicita al arzobispo de Lima, Carlos Castillo Mattasoglio, un informe sobre quejas presentadas en 2019 por exintegrantes de Siervas. La carta llegó el 5 de noviembre del 2021 con la firma del fiscal Eduardo Castañeda Garay, de la Primera Fiscalía Supraprovincial contra la Criminalidad Organizada.

Documento del Ministerio Público enviado al arzobispo Carlos Castillo pidiéndole información sobre las denuncias de maltratos y abusos en Siervas del Plan de Dios.

Los testimonios son de terror y contundentes. Una exsierva cuenta que durante su permanencia en la institución fue sometida a trabajos extenuantes, maltratos psicológicos y manipulación espiritual. 

“Me decían que era bebona, que era inmadura, que no tenía permitido llorar porque si lloraba no estaría preparada para recibir el velo”, narra una de las víctimas. 

Otra mujer asegura que, tras su expulsión de la comunidad luego de un proceso de discernimiento —periodo en el que se evalúa si están preparadas para la vida consagrada—, la encerraron sola en una habitación. 

“Te vemos a ti como vemos a Gris (perra de la casa), entonces, como no es libre la pobre, así te vemos a ti”, le dijeron, al tiempo que le hicieron pensar que la estaban expulsando por estar “enferma”, es decir, ser lesbiana. 

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La primera historia de abuso dentro de las Siervas la publicó la periodista chilena Camila Bustamante para el medio digital El Mostrador. Eso fue en 2016 y ocurrió en Santiago de Chile. Dos años más tarde, los casos llegaron a Lima.

“Las siervas dependen del Arzobispado de Lima. Por una figura legal, lo que se denuncie en otros países, se deriva allá. Desde Chile, se alertó que estaba ocurriendo algo dentro de las siervas cuando siete religiosas acudieron a la oficina de Santiago para presentar su denuncia formal”, cuenta Bustamante.

Las Siervas del Plan de Dios se hicieron conocidas porque tenían una agrupación musical que viajó por el mundo, incluido el Vaticano. La sede de la congregación religiosa está en La Molina y la líder es la monja Andrea García. (FOTO: occatholic.com)

A inicios del 2019 y bajo el mandato del monseñor Juan Luis Cipriani, el Arzobispado de Lima ordenó llevar a cabo una visita canónica. Según Bustamante, se trató de una investigación repleta de vicios. 

“Enviaron a algunas autoridades a investigar lo que ocurría. Lamentablemente, fue una pantomima. Ejercieron mucha presión sobre las jóvenes. Les dijeron qué y cómo responder”, explica.

La misma Bustamante también fue parte de las Siervas durante su adolescencia. Creyó que su destino era ser religiosa. Años después, cuando estalló el caso Sodalicio, reparó en la violencia que vivió dentro de la institución durante ese periodo. En 2022, publicó el libro Siervas, el historial de abuso de las monjas sodalicias. 

“Encontré que estas adolescentes y jóvenes son captadas y manipuladas por esta organización que tiene carácter sectario. Una vez dentro, se les aísla de su círculo cercano, hasta el punto de convertir a su madre y padre en sus enemigos. Son formateadas mentalmente para hacer lo que las autoridades quieran”, cuenta Bustamante.

Uno de esos deseos de las autoridades es pasar la “semana de la obediencia”. “En esos días”, cuenta en Siervas una religiosa identificada como Elena, “te mandan a hacer cosas sin sentido para probar si eres obediente o no”. 

Luis Fernando Figari: fundado del Sodalicio de Vida Cristiana y las Siervas del Plan de Dios. Afronta cargos por abuso sexual  y organización criminal. Vive hoy en Roma. (FOTO: Captura de video)

“Se les prohíbe hablar durante las comidas, se les impone más exigencia física en el deporte, y se sustituyen sus cenas por pan y agua”, dice Bustamante en su obra. En otros casos, además, la situación bordea lo absurdo y delirante.

“Las envían a contar una bolsa con porotos, o encerrar en un círculo todas las letras ‘a’ que encuentres en un diario, o limpiar un muro de piedra con una pequeña esponja que se rompe sola, o contar cuántas hojas hay en el jardín. Todo es en nombre de Dios”, explica otra exreligiosa en el libro de Camila Bustamante.

Dentro de la institución también está totalmente prohibido hablar sobre sexo, amor o desarrollar cualquier lazo afectivo.

“Las relaciones interpersonales son vistas como algo negativo, como si eso te llevase a traicionar tu vocación, es decir tu amor a Dios. Tu única relación más profunda y casi exclusiva debe ser con tus autoridades”, dice Bustamante.

Periodista Camila Bustamante y su libro Siervas, el historial de abuso de las monjas sodalicias. Bustamante destapó el caso maltratos en la congregación Siervas del Plan de Dios. (FOTO: Archivo personal)

Pero esta prohibición no aplicaba para la cúpula, liderada durante años por la monja Andrea García. En Siervas, Bustamante narra cómo una joven fue testigo de que García pasaba la noche con sus subordinadas. Estas mujeres también estaban obligadas a cumplir con sus tareas domésticas, como lavar la ropa y hacer la comida.

“Dentro de Siervas, el lesbianismo es considerado como lo peor del mundo”, explica Bustamante. “Pero no estamos hablando aquí sobre un tema de atracción sexual, sino de una situación en la que puedes ejercer el poder sobre otra persona”.

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Luego de años de sometimiento, salir no es nada fácil. Camila explica que estas mujeres viven en una cárcel mental. Les han enseñado tanto a aborrecer el mundo de afuera que consideran que ser sierva es lo mejor que tienen. Cuando expresan su deseo de retirarse, las envían a terapia, o les dicen que seguramente están pasando por una etapa complicada.

Las que logran salir, se encuentran con una realidad que desconocen. Sin educación ni experiencia laboral, la tarea de volver a insertarse a la sociedad es titánica. “Una mujer de 40 años me contó que le tenía que pedir a su papá dinero para comprar toallas higiénicas”, dice Bustamante.

Monseñor Miguel Ángel Cabrejos, presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, y arzobispo de Lima Carlos Castillo: ambos conocen de las denuncias de maltratos y abusos en Siervas del Plan de Dios.

La mayoría de ellas, debido a una vida repleta de traumas y abusos, se ven en la necesidad de acudir a una terapia para la que, en muchos casos, no cuentan con el dinero necesario. 

Hablar, por otro lado, es terapéutico. En Bustamante, encontraron una consciencia con quien expresarse y contar su verdad. Sin embargo, para que su proceso de sanación siga, también necesitan que sus denuncias tengan eco y se haga justicia. Un objetivo que hoy en día parece lejano.

No hay noticias por parte del Arzobispado de Lima respecto a la investigación abierta el año pasado por el Ministerio Público. En la Fiscalía prometieron dar información sobre el estado de la investigación, pero no cumplieron.

EL FOCO se contactó con las Siervas del Plan de Dios para este informe. Primero respondieron que el pedido fue notificado. Luego la reportera recibió un correo con un mensaje que decía que estaban en un “proceso de renovación e implementando medidas correctivas necesarias”. Al mismo tiempo, agradecieron el interés mostrado en conocer más sobre el caso siervas.