Ser un trabajador sindicalizado es sinónimo de peligro para los gerentes del BCP. Así lo demuestra un Power Point que fue enviado por error al correo del Sindicato de Trabajadores del BCP en diciembre del 2020. El documento se titula “Resumen de ejes de gestión noviembre 2020”, fue enviado por Augusto Lea Huisa, gerente de la agencia Naranjal, donde uno de los objetivos dice: “disminuir o mantener el número de colaboradores sindicalizados”.
Entre los principios del BCP, según la publicidad que vende a los peruanos y peruanas, destacan su comportamiento ético y siempre positivo. El legajo que tiene el banco de Dionisio Romero Seminario en la Sunafil dice todo lo contrario: 75 denuncias por violar los derechos laborales y sindicales. EL FOCO accedió a la relación de demandas laborares que afronta el BCP y entre ellas hay denuncias por no pagar horas extras, negarse a la negociación colectiva, actos de hostilidad y hostigamiento y obstrucción a la labor de fiscalización.
Uno de esos expedientes es debido a un evento que ocurrió el pasado 5 de noviembre del 2021 en las oficinas del BCP en Arequipa. Ese día una veintena de trabajadores levantaron su voz de protesta por los maltratos laborales y pidieron la presencia de la Sunafil por abusos que se venían cometiendo. Según los trabajadores, el banco más importante del país estaba promoviendo la desafiliación de trabajadores sindicalizados.

También desde Arequipa es el caso Claudia Carpio, quien trabajó como ejecutiva de Banca Pyme del BCP hasta julio del 2021. Carpio denunció al banco porque estaba incurriendo en conductas hostiles contra ella debido a su afiliación al sindicato y le estaban poniendo sanciones por conductas que nunca hizo. Sunafil intervino en el caso, pero la investigación no terminó debido a que el BCP no brindó la información requerida y por eso fue multado con S/ 46 200.
Las denuncias laborales contra el BCP vienen desde el 2013. En julio de ese año diversos trabajadores se unieron por la falta de pago de comisiones y decidieron formar el Sindicato de Trabajadores del BCP. Empezaron con 25 afiliados y fueron liderados por Viviana Reyes, la primera secretaria general del sindicato. Desde el inicio los gerentes del BCP buscaron impedir que el sindicato crezca y comenzó a tomar represalias, al punto de despedir a dirigentes.
Una de ellas fue Ysabel Llerena, subsecretaria del Sindicato y trabajadora del área de Ventas. En noviembre del 2013 el BCP le inició un proceso de investigación por una supuesta firma fraudulenta de un cliente. Un mes después fue despedida. Llerena no se quedó en silencio e inició un proceso judicial para apelar el despido arbitrario. ¿Llerena había cometido alguna falta para se despedida? No, según el Poder Judicial. El caso llegó en el 2015 hasta casación, en la Corte Suprema, donde la sentencia dijo no hubo razones para que Llerena sea despida y ordenó su reposición.
Otra forma en la que el BCP, que controla el 30% del mercado bancario, muestra su hostilidad laboral es interviniendo en la desafiliación de los trabajadores al Sindicato. Mediante una carta notarial enviada el 17 de junio del 2021 a la Junta Directiva, el propio BCP actuó de intermediario y pidió tres desafiliaciones de trabajadores. Esta práctica es antilaboral y está catalogada como muy grave.
La Sunafil ya ha sancionado con una multa S/ 60 000 a las empresas que medien en la desafiliación sindical. Uno de esos casos fue sobre el Sindicato de Trabajadores de Lima Golf Club. En el 2020, al igual que el BCP, el Lima Golf Club medió al enviar cartas a su sindicato para desafiliar a tres trabajadores. La entidad supervisora consideró la acción como una infracción muy grave al “entrometerse y transgredir la libertad sindical”.
Para Mercedes Valdiviezo, secretaria general del Sindicato de Trabajadores del BCP, los amedrentamientos por ser trabajadores sindicalizados son constantes. “Los actos de hostilidad que se dan mediante cartas notariales o se les busca faltas de hace tiempo y recién lo sacan para atemorizar al trabajador. Presionándolos para que firmen su carta de renuncia con la finalidad de desvincularlo y que se retire del banco. Y como no lo logran se procede con un proceso de despido, que es un proceso más largo, pero lo hacen cuando ven que el trabajador se niega a firmar su carta de renuncia”, dice Valdiviezo.

En el BCP no solo es común los atropellos laborales, sino también la práctica de negarse a colaborar con la Sunafil. Según lo detallado en la Resolución de Intendencia N° 035-2022 de Sunafil, el BCP se rehusó a brindarles información sobre acciones que afectaron a 24 trabajadores de la sede Huánuco. El 17 de junio del 2022 la Sunafil pidió la información de los contratos de trabajo y registro de control de asistencia de las oficinas de Tingo María, pero ningún documento fue enviado. El BCP fue multado con S/ 46 200 por este caso.
Para el abogado laboralista Renzo Quijano el correo electrónico que el BCP envió buscando disminuir el número de trabajadores sindicalizados es una práctica antilaboral. “No hay un criterio válido para la disminución. ¿Se enfocan en las capacidades o en optimizar recursos? No. Específicamente se centran en reducir la cantidad de trabajadores sindicalizados para eliminar el sindicato o amedrentar a los trabajadores”, dice Quijano.
EL FOCO se contactó con la oficina de Prensa BCP y pidió un comentario para este informe. “No tienen una política que tenga como finalidad disminuir o mantener la cantidad de trabajadores afiliados. Por el contrario, ellos se enfocan en mantener una relación igualitaria y cercana con todos nuestros colaboradores sin excepción”, señalaron.