El último viernes 29 se cumplió un año del asesinato de Quinto Inuma Alvarado, apu de la comunidad indígena kichwa de Santa Rosillo de Yanayacu, región San Martín. El líder contaba con las mayores medidas de protección que otorga el Estado peruano a los defensores de derechos humanos, pero no valieron de nada y sicarios acabaron con su vida.
Cuatro de los cinco implicados en el asesinato del apu Quinto han sido capturados. Entre ellos tres sicarios y el presunto autor intelectual del crimen: Segundo Villalobos Guevara, el empresario que pagó S/ 1000 a los delincuentes para que maten al líder indígena. Quien está prófugo es Belustiano Saboya Pisco, el asesino que, según testimonios recogidos por el Ministerio Público, le dio el tiro de gracia al apu Quinto.
Manuel Imuma reemplazó a su hermano asesinado como apu de Santa Rosillo. Los familiares del nuevo apu hoy están recibiendo amenazas. El 25 de octubre último, en una carta dirigida al fiscal Juan Orihuela Legonia, de la Tercera Fiscalía Supraprovincial contra la Criminalidad Organizada, a cargo de investigar el asesinato, la viuda y uno de los hijos de Quinto Inuma denunciaron la presencia de «personas extrañas» que rondaban los domicilios del apu Manuel entre agosto y septiembre.

«Quiero seguir el camino de mi papa, lo que quiera para su comunidad. Proteger nuestros bosques», dijo Kevin Inuma, hijo mayor del apu Quinto, en entrevista con EL FOCO. Indica que luchará como su padre por la titulación de los territorios de la comunidad de Santa Rosillo de Yanayacu y la conservación de los bosques. Kevin también señala que permanecerán fuera de la comunidad como una medida de seguridad.
En abril de este año la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) solicitó medidas de protección para la familia del defensor asesinado, pero Kevin y su madre Betty Mandruma denuncian que las medidas no están siendo ejecutadas por el Gobierno.
Dentro de ocho meses vence el plazo de prisión preventiva que recae sobre los tres sicarios detenidos: Genix Saboya Saboya, Jerrly Saboya Saboya y Limber Rios Ruiz. Pese a los avances de la investigación, uno de los asesinos sigue prófugo. Se trata de Belustiano Saboya Pisco, sindicado como uno de los sicarios que emboscaron al apu en el río Yanayacu, cuando volvía a su comunidad por bote, y quien le dio el tiro de gracia al defensor indígena.

Belustiando Saboya es natural de la región de San Martín y vivía en la comunidad de Santa Rosillo cuando perpetró el asesinato de Inuma. Él fue señalado por el detenido Genix Saboya, quien es su sobrino, como el autor del disparo que acabó con la vida del defensor.
“Mi tío se puso en la parte alta del río, estuvimos esperando cerca de cinco horas…mi tío se fue a alcanzarlo y le disparó en la cabeza, dándole el tiro de gracia”, dijo Genix Saboya a la fiscalía. Luego del crimen, Belustiano Saboya huyó hacia Santa Rosillo, donde ocultó las armas de fuego con una pobladora bajo amenazas.
El despacho del fiscal Orihuela determinó que, durante el mes de octubre y noviembre del año pasado, los cuatro asesinos registran más de 150 llamadas, algunas de ellas horas antes del crimen. Belustiano Saboya continuó comunicándose con sus sobrinos Genix y Jerrly Saboya, entre diciembre de 2023 y febrero de 2024, mes en que fueron detenidos por la Policía.

Juan José Quispe, abogado del Instituto de Defensa Legal – IDL que sigue el caso, indica que sobre Belustiano Saboya pesa una orden de prisión preliminar. Advierte, sin embargo, que el Poder Judicial aún no lo declara reo contumaz ni ordena su captura.
EL FOCO reveló en febrero último que una de las razones detrás del asesinato de Quinto Inuma fue la denuncia que realizó en 2022 en contra de sus asesinos por los delitos de tala ilegal y narcotráfico. Un informe de 2021 de la Autoridad Regional Ambiental de San Martín, de reciente acceso, da más luces de la denuncia que hizo el apu asesinato: cerca de la comunidad de Santa Rosillo operaba una pista clandestina.