Espinar: la otra bomba de tiempo que tiene el Gobierno

(Composición: Fabiola Granda)
Bruno Amoretti

Bruno Amoretti

bruno.amorettia@gmail.com

Espinar: la otra bomba de tiempo que tiene el Gobierno

Las comunidades de Espinar se oponen a que el proyecto minero Coroccohuayco inicie sin consulta previa y exigen al Gobierno que primero solucione los problemas de contaminación en la zona. El premier Guido Bellido se ha reunido con ellos y, al igual que con Chumbivilcas, ha prometido el oro y el moro.
Bruno Amoretti

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Chumbivilcas no es la única olla a presión que tiene la gestión del presidente Pedro Castillo. En Espinar, también en la región Cusco, las comunidades amenazan con protestar si es que el Gobierno no soluciona sus demandas sobre la presencia de proyectos mineros en la zona. Guido Bellido, por el momento, ha logrado evitar que los ciudadanos de Espinar tomen las carreteras. El premier les ha prometido que, luego del 26 de agosto, cuando consiga el voto de confianza del Congreso, se abocará a resolver todas sus demandas.

La problemática en Espinar se remonta diez años atrás, cuando estalló el primer conflicto por la contaminación medioambiental y sanitaria que sufren los pobladores debido a la presencia del proyecto minero Tintaya, de la transnacional Glencore. En el 2016 y el 2019 también hubo protestas puesto que el problema seguía sin encontrar solución. El año pasado, en el contexto de pandemia, ocurrieron nuevas movilizaciones que exigían un bono económico de emergencia para suplir necesidades básicas de alimentación y saneamiento.

Con la contaminación ambiental sin solucionarse, a los reclamos de los pobladores de Espinar se ha sumado que el nuevo proyecto minero Coroccohuayco se está construyendo sin haber terminado la consulta previa. Con una inversión de 590 millones de dólares, será el tercer enclave minero de Glencore en la zona. Las otras dos son Tintaya y Antapaccay. La flamante obra está siendo puesta en marcha por el alto precio del cobre a nivel mundial.

Ciudadanos de Espinar con pancartas contra los proyectos mineros que la empresa Glencore explota en la zona hace 40 años. Si el Gobierno no atiende sus pedidos, anuncian nuevas protestas. (Foto: Asamblea Multicomunal de Espinar).

El proyecto Coroccohuayco es rechazado por las más de 20 comunidades afectadas directa o indirectamente. En Espinar, ya se estaban alistando a un paro contra el avance de la nueva explotación minera y los problemas no solucionados en salud y medio ambiente, cuando el premier Bellido llamó a los dirigentes a Lima.

La reunión se produjo el último viernes 20, en la PCM, donde Bellido y el ministro de Energía y Minas, Iván Merino, conversaron por cuatro horas con los representantes de los comuneros de Espinar. En la cita se estableció que el 4 de setiembre Bellido viajará a la zona para instalar una mesa técnica. El premier también prometió que conversará con el presidente Castillo para que lo acompañe.

Entre los puntos que las comunidades de Espinar exigen aparece implementar un proceso de consulta previa respecto al proyecto Coroccohuayco. “El cuerpo ya no resiste, hay problemas graves de salud por los metales pesados. Nuestros animales se mueren. El agua está sucia. ¿Quién podría soportar eso? Nadie”, afirma Flavio Huanqque, coordinador de la Asamblea Multicomunal, espacio que agrupa a un sector de las comunidades afectadas.

Oficio emitido por la PCM, donde el premier Guido Bellido se compromete a asistir el 4 de setiembre a Espinar para dialogar con los lugares afectados. También aparece la lista de pedidos de 11 comunidades.

El proceso de consulta previa está casi en su totalidad implementado en las comunidades de Espinar, sin embargo, los pobladores no están de acuerdo con la manera cómo Glencore la ha estado desarrollando. “El interés de la empresa por querer avanzar con la implementación de su proyecto ha generado que se normalice la consulta como un simple trámite administrativo, donde se les da talleres de apenas un día a las personas”, señala Karem Luque, especialista de la organización Derechos Humanos sin Fronteras.

La prisa de Glencore por sacar adelante Coroccohuayco ha hecho que la minera presione para que la consulta previa se haga de manera virtual. “Esta propuesta se desestimó el año pasado porque hay un tema intercultural que afecta a las personas que no tienen las destrezas necesarias para manejar dispositivos tecnológicos, además de evidenciar un limitado acceso a internet”, afirma Luque.

Glencore, por lo pronto, ha avanzado con la fase de exploración del proyecto, gestionando licencias de uso de agua, moviendo tierra y levantando infraestructura. “Las comunidades dicen que, si no se ha dado aún el consentimiento, ¿por qué se están haciendo construcciones? La consulta previa es un derecho, pretende escuchar a la gente y debe respetarse”, apunta Jaime Borda, secretario ejecutivo de la Red Muqui.

Viernes 20 de agosto: el premier Bellido posa junto a dirigentes de Espinar en la sede de la PCM. El primer ministro ha prometido que conversará con el presidente Castillo para que también lo acompañe en el viaje a Cusco. (Foto: Asamblea Multicomunal de Espinar).

Otra demanda de las comunidades de Espinar está relacionada con la implementación de un plan de reparaciones por los daños generados en sus tierras. Los dirigentes comunales exigen una indemnización y un reconocimiento del perjuicio causado como requisitos para continuar con la consulta previa del nuevo proyecto de Glencore. “Estamos hablando de ríos afectados, de desaparición de fuentes de agua, de personas con metales pesados en el cuerpo. Se quiere valorizar esos daños para así generar un verdadero desarrollo”, señala Borda. 

En julio del año pasado se conformó una Comisión Multisectorial para evaluar posibles responsabilidades en las comunidades de Espinar, y así determinar las reparaciones para las personas afectadas. “La culpa sería del Gobierno y de la minera si es que nosotros llegamos a actuar de otra forma. Hemos sido dialogantes desde un inicio con esta nueva gestión”, sostiene el dirigente Flavio Huanqque. Y alerta: “Si el cuatro de setiembre las cosas no cambian, y lo hemos dejado claro en la reunión con Bellido, nosotros haríamos el control territorial: nadie entra ni sale. Ese sería nuestro segundo paso”.