La llamada clave y las negociaciones que colocaron a Sagasti en la Presidencia

Francisco Sagasti acompañado de Mirtha Vásquez y Luis Roel Alva, miembros de la nueva Mesa Directiva. (Foto: Fabiola Granda)
Alonso Zambrano

Alonso Zambrano

azambrape@gmail.com

La llamada clave y las negociaciones que colocaron a Sagasti en la Presidencia

Todos los entretelones de la elección del congresista morado como encargado de dirigir el Gobierno de Transición.

La llamada de un reconocido periodista fue clave para que Julio Guzmán decida, en la noche del domingo, dejar ir al segundo vicepresidente de su plancha electoral: Francisco Sagasti. El líder del Partido Morado se resistió hasta el último momento a que Sagasti sea el presidente del Gobierno de Transición. Esa es la explicación de que, durante las negociaciones en el Parlamento, la posición morada cambiara hasta en cuatro oportunidades.

La primera ficha de Guzmán para dirigir el país en medio de la crisis política fue Gino Costa. La cúpula de los Morados, donde algunos invitados como Daniel Olivares o Alberto de Belaunde tienen voz, apostó por Costa debido a que no ponía en riesgo la candidatura presidencial de Guzmán. Costa es invitado y horas antes había recibido una bendición cuasi divina: el apoyo de Mario Vargas Llosa.

Era la mañana del domingo y en el Congreso —y en la calle— había un solo eco: el presidente del Gobierno de Transición debía salir entre los 19 congresistas que habían votado en contra de la vacancia de Martín Vizcarra. Cuando la propuesta de Costa fue comentada con las otras bancadas, recibió un rotundo no. A estas alturas no es novedad que, durante los últimos años, Costa ha sido quizá el congresista más cercano al gobierno de Martín Vizcarra.

Apareció, entonces, otra propuesta morada que —contradictoriamente— no era del agrado de Guzmán: Carolina Lizárraga. La propuesta de Lizárraga no nació de los morados, sino de la facción de las bancadas golpistas. Con la exzarina anticorrupción encaminada, lo que vino fue una contraofensiva en redes sociales que volvió tendencias dos etiquetas: #CarolinaLizarragaNoVa y #LosGolpistasNoEligen.

Protestantes en el Centro de Lima esperando la elección de autoridades. (Foto: Fabiola Granda)

La postulación de Lizárraga tenía más de 60 votos, pero había un problema legal: se necesitaba la firma del vocero de su bancada, Francisco Sagasti. Así es que los morados hicieron mil malabares para impedir que Lizárraga sea la presidenta. Ya en la tarde del domingo, Sagasti buscó a Rocío Silva Santisteban, del Frente Amplio, y le propuso que ser la candidata.

La respuesta inicial de Silva Santisteban fue negativa. Y es que ella pensaba que los Morados eran los que debían dirigir el Gobierno de Transición. Sagasti le contó los reparos que había en la cúpula de su partido con la postulación de Lizárraga. Sagasti, incluso, también le contó que el equipo legal de los Morados —encabezado por Carlo Magno Salcedo— estaba viendo si él podía integrar la plancha y perjudicar la candidatura de Julio Guzmán.

Al promediar las seis de la tarde, el veredicto del equipo legal fue que no había inconvenientes si Sagasti iba como primer vicepresidente de Silva Santisteban, para luego tomar la presidencia del Congreso. La lista de Silva Santisteban —con Sagasti, Luis Roel Alva (Acción Popular) y Yessica Apaza— se presentó a las 6 y 22 del domingo. No había pasado ni 20 minutos de presentada la lista y el partido Morado decidió bajarse de la plancha.

El equipo legal del Partido Morado le comunicó al Julio Guzmán que, luego de hacer una nueva revisión, no habría problemas si, incluso, Sagasti iba como candidato a presidente del Gobierno de Transición. No fue la única comunicación que por esos minutos recibió Guzmán. Algunos amigos empresarios que tiene el líder de los Morados comenzaron a enviarle mensajes para avisarle que la candidatura de Silva Santisteban podía generar una nueva polarización en el país.

Aquí es cuando entra una llamada que terminó por ser clave: un reconocido periodista al que Guzmán escucha constantemente le dijo que debía dejarse de dubitaciones, sacrificar a Sagasti y apoyar la lista de Silva Santisteban. Fue, sin duda, un jalón de orejas para el candidato presidencial. A las 7 y 58 los morados regresaron a la terna y la votación comenzó una hora después.

Julio Guzmán: una llamada telefónica fue clave para que aceptara la postulación de Sagasti (Foto: Andina)

La lista de Silva Santisteban solo alcanzó a tener 42 votos de los 60 necesarios. Alianza para el Progreso (APP) y Acción Popular fueron las bancadas que traicionaron el acuerdo que se hizo en la reunión de Junta de Portavoces, que se realizó en la oficina de Presidencia del Congreso. La respuesta de la deserción a última hora de APP y Acción Popular no es un secreto a voces: nunca les gustó Silva Santisteban, cuyas posiciones son abiertamente contrarias al del gran empresariado. Además, ambos grupos parlamentarios se habían visto sorprendidos con la designación de Yessica Apaza (UPP) como tercera vicepresidenta, por el acuerdo de no incluir a ningún parlamentario que hubiera votado a favor de la vacancia.

Tras la fallida votación, las negociaciones volvieron a fojas cero. Y Julio Guzmán se vio obligado a salir en los canales de televisión para anunciar la presentación de una lista conformada únicamente por parlamentarios de su bancada. La nómina se oficializó a las 12 y 12 de la madrugada. La terna era: Sagasti, Zenaida Solís, Angélica Palomino y José Núñez. La nómina, de hecho, no iba a tener mucha suerte, pero Guzmán había logrado su primer objetivo: “poner el primer pie” para que Sagasti sea el elegido.

El lunes 16, el primer nombre que sonó en el Congreso fue el de Zenaida Solís, quien era una propuesta de Daniel Urresti, de Podemos Perú. Acción Popular, por su parte, propuso armar una lista con Otto Guibovich a la cabeza. En medio de las nuevas negociaciones volvió a aparecer el nombre de Lizárraga, pero no pasaron ni 30 minutos para que los morados se la vuelvan a bajar.

A diferencia de la Junta de Portavoces del domingo, donde se había restringido la participación solo a los voceros, la del lunes fue más abierta. La reunión era liderada por Silva Santisteban y Mirtha Vásquez —una decisión que se tomó por ser la lista que perdió frente a la de Manuel Merino. Aquello abrió la puerta a que en la Junta de Portavoces haya más presencia de congresistas del Frente Amplio, como Lenin Checco.

Rocío Silva Santisteban: estuvo a 18 votos de liderar el gobierno de transición. (Foto: Andina)

En un momento de la Junta se propuso que Walter Ascona, congresista de APP que había votado en abstención en la moción de vacancia, integre la mesa directiva, pero la bancada de Acuña vio esta posibilidad como un “premio indebido a un acto de desobediencia”. APP, entonces, optó por no participar de ninguna vicepresidencia y aceptó votar en bloque a favor de la candidatura de Sagasti. La jugada política tenía una explicación: buscaban recuperar el golpe que recibieron por su comportamiento durante la vacancia.

Mientras en la oficina de Presidencia del Congreso se cocinaba la candidatura de Sagasti, en la oficina de Unión por el Perú, José Vega —el promotor de la vacancia de Vizcarra— articulaba una lista alternativa junto a Podemos, Fuerza Popular y los cinco congresistas disidentes de Somos Perú. Vega, según fuentes parlamentarias, se encontraba desesperado y timbraba el teléfono de varios parlamentarios para que integren su lista.

Vega, finalmente, convenció a María Teresa Cabrera, de Podemos, que sea la cabeza de lista. Cabrera conversó con Leslye Lazo y le propuso armar una terna conformada únicamente por mujeres. Lazo accedió inicialmente al pedido, pero nunca formalizó su decisión. Desde UPP se pensó que, con la postulación de la congresista acciopopulista, un sector de la bancada de la lampa quitaría su voto de la lista Sagasti.

Con Cesar Combina y Carmen Omonte como principales articuladores de APP, Luis Roel Alva acepta la segunda vicepresidencia y Acción Popular compromete sus votos. Mirtha Vásquez del Frente Amplio toma el lugar de Rocío Silva Santisteban, quien prefería no participar por la fallida elección del día anterior. Todo estaba listo. El Frepap, si bien se negó en todo momento a participar de la Mesa Directiva, aceptó votar por Sagasti luego de una evaluación conjunta.

Minutos antes de la una de la tarde, hora en que se cerraban las listas de postulación, el bloque encabezado por Sagasti presentó su lista ante Oficialía Mayor. Luego lo hizo la lista de Vega, que terminó siendo retirada luego que la Lazo hiciera público que no firmó la nómina. A las 2 y 32 comenzó la votación y el resultado para la lista de Sagasti fue mejor de lo esperado: 97 votos a favor. Lo siguiente fueron abrazos y aplausos entre los parlamentarios.

La bancada morada se tomó una foto junto a Sagasti, sin embargo, hubo una gran ausencia: Carolina Lizárraga, quien a lo largo de la jornada había sido hostigada en redes sociales por un sector vinculado a su propio partido. Al interior del grupo de Julio Guzmán todavía se vive una lucha encarnizada de cara a las próximas elecciones internas. En su primera declaración como presidente del Congreso para RPP, Sagasti comunicó que ya había presentado su carta de renuncia a la plancha presidencial de Julio Guzmán. Solo queda que la oficialice también ante la ONPE.