Cruzar los controles de Migraciones en el aeropuerto Jorge Chávez se ha convertido en un dolor de cabeza para ciudadanos peruanos y extranjeros. Todos los días se forman enormes colas, y un viajero puede estar hasta una hora esperando su turno. A un costado de los puestos de control, hay 18 puertas electrónicas que pudieran aliviar la congestión, pero están sin usar desde marzo del 2020. Esas puertas, llamadas e-gates o ePassport gates, costaron a Migraciones S/ 19 millones.
Los e-gates son equipos tecnológicos que agilizan el control migratorio utilizando el reconocimiento facial, la lectura de huellas digitales y otros datos de manera automática para compararlos con bases de datos de la Policía Nacional, Interpol y el Poder Judicial. Su uso está normalizado en los principales aeropuertos del mundo, y el Perú los venía implementando desde el 2016. Sin embargo, con la pandemia Migraciones suspendió su uso por riesgo al contagio.
Pero esa no es la historia completa. Resulta que hubo también otra razón por la que se dejaron de usar los e-gates: cuatro procesos arbitrales de Migraciones con el proveedor Consorcio Intellisoft-Vision Box. En junio del 2015, Migraciones, entonces a cargo de la superintendente Eduardo Sevilla, firmó un primer contrato para adquirir 8 puertas electrónicas a un costo de S/ 8.9 millones. En noviembre del 2017 se firmó el segundo contrato por 12 puertas a cambio de S/ 9.9 millones. De las 20 puertas que adquirió Migraciones a Consorcio Intellisoft-Vision Box, 18 se instalaron en el Jorge Chávez y dos a puestos de control fronterizos.
El consorcio que proveyó las puertas es de origen portugués y peruano. Vision Box es una empresa lusa que se especializa en la venta de equipos de control migratorio, entre ellos puertas electrónicas. Ha dado servicios para los aeropuertos de Dubai (Emiratos Árabes) y Auckland (Australia). Intellisoft es peruana, de propiedad del empresario Eddy Bolaños Hinojosa, y se dedicada a las «soluciones de control de accesos y recaudación de estacionamientos».

Los contratos que Migraciones firmó con el Consorcio Intellisoft-Vision Box incluían también el servicio de mantenimiento de las puertas de control. Es en ese capítulo en que surgieron los problemas. El consorcio ha buscado librarse de los pagos de penalidades por retrasos e incumplimientos en el servicio de mantenimiento a través de arbitrajes con Migraciones. Hasta el momento el funcionamiento de las puertas de control ha sido paralizado por cuatro arbitrajes en curso.
El primer arbitraje salió el 13 de setiembre del 2018, era por el pago de moras por el 20% del monto contratado, y salió a favor del consorcio. El siguiente laudo, resuelto el 26 de noviembre de 2019, también lo ganó la empresa. El tercer proceso fue solamente por las 12 puertas y está pendiente de que se conozca la resolución. Y el último, donde Migraciones buscó culminar el contrato de mantenimiento, también aguarda fallo.

En comunicación con EL FOCO, Migraciones relató que hay un quinto laudo arbitral, cuya resolución es del 17 de febrero de 2022, donde el contrato con el consorcio volvió a tener vigencia. Según Migraciones, la Dirección de Operaciones está realizando las coordinaciones para la puesta en funcionamiento de las puertas. A la fecha, aún se espera que el consorcio remita el plan de reinicio de funcionamiento respectivo.
Desde el inicio de la gestión de Pedro Castillo, Migraciones ha cambiado tres veces a superintendente. Sumado a la crisis de los pasaportes de mayo de este año, aún persisten las filas de espera, tanto virtuales como en los exteriores de su sede principal de Breña. Y el Jorge Chávez, que fue considerado como uno de los aeropuertos más modernos de América Latina, sigue siendo una pesadilla para cualquier persona que quiere entrar o salir del país.