El plan de Alberto Fujimori para la segunda vuelta

“Repite mi campaña de 1990” es el primer consejo que el expresidente le ha dado a su hija. Keiko Fujimori tiene mucho temor de perder por tercera vez consecutiva una segunda vuelta y consulta cada paso con su padre. En el fujimorismo buscarán vender la idea de que, a diferencia de Pedro Castillo, ellos no son “un sancochado”.
(Composición gráfica: Fabiola Granda)

El último martes 13 Keiko Fujimori reunió en su departamento de Surco a su equipo de campaña más cercano para definir la estrategia que usarán en la segunda vuelta. En la reunión, por momentos, participó telefónicamente Alberto Fujimori, el expresidente encarcelado en el Penal de Barbadillo. En la cúpula fujimorista, aunque no lo muestren, hay una enorme preocupación de acabar, por tercera vez consecutiva, derrotados en el balotaje presidencial.

Ante la ausencia de Pier Figari y Ana Vega de Herz, Luis Galarreta y Carlos Raffo se han convertido en los principales operadores de Fujimori. Figari y Vega, por mandato judicial, no pueden tener comunicación con la candidata presidencial. Galarreta tiene a su cargo entablar conversaciones con Hernando de Soto, Rafael López Aliaga, George Forsyth, César Acuña y Alberto Beingolea, los excontendores que en Fuerza Popular consideran más cercanos. Raffo, por parte, tiene la responsabilidad de armar la nueva estrategia mediática y publicitaria.

La principal voz que hoy Keiko Fujimori escucha es la de su padre Alberto. El recluido expresidente la llama, bien temprano, todos los días. Las conversaciones telefónicas entre ambos pueden durar hasta dos horas. Según ha podido conocer EL FOCO, el primer consejo que le ha dado el recluido expresidente para la segunda vuelta es: “Tienes que repetir la estrategia de mi campaña de 1990. Donde Pedro Castillo esté con su caballo, tú también tienes que estar ahí, pero con el tractor”.

Keiko Fujimori durante la conferencia de prensa que dio ayer miércoles 14 en su local de Paseo Colón. En la foto muestra el documento que su abogada Giulliana Loza presentó al Poder Judicial para que Fujimori pueda hacer campaña por todo el país. (Foto: Andina)

La instrucción de Alberto Fujimori es que, a diferencia de la primera vuelta, ahora Keiko sí debe recorrer el Perú de cabo a rabo. Por eso, ayer miércoles la defensa legal de la candidata presentó una solicitud especial ante el juez Víctor Zúñiga para que le permite recorrer todo el país durante los próximos dos meses. Alberto Fujimori también le ha aconsejado a su hija que tome nota de cómo Alan García venció a Ollanta Humala en el 2006 bajo la bandera del “cambio responsable”.

La relación de padre e hija, a diferencia del 2016, hoy es muy estrecha. Keiko Fujimori no toma ninguna decisión política importante sin antes haber escuchado la voz del expresidente. Al costado de Keiko ya no están Figari y Vega de Herz, quienes eran los que se esforzaban en alejarla de su padre. El departamento de Keiko, por ejemplo, actualmente luce adornado por pinturas del expresidente y cuadros que sus hijas han pintado con él. Antes quien coleccionaba y exhibía las pinturas que hacía Alberto Fujimori en prisión era Kenji.

Otra diferencia con la campaña del 2016 es que Keiko ha decidido reducir su equipo de trabajo a un grupo reducido de personas. Esta la integran —además de Galarreta y Raffo— Hernando Guerra García, Patricia Juárez y Miguel Torres. Solo con ellos la lideresa de Fuerza Popular tiene reuniones políticas y estratégicas por Zoom. “Es un grupo muy cerrado. Ella desconfía más que antes. No quiere que se filtre información a la prensa o a los rivales”, dice una fuente fujimorista.

Pedro Castillo durante su cierre de campaña en Lima, el jueves pasado. El fujimorismo buscará vender la idea de que un eventual gobierno de Castillo convertirá al Perú en Corea del Norte. (Foto: Difusión)

En Fuerza Popular también saben que reivindicar, en la segunda vuelta, solo las ideas de Alberto Fujimori no les servirá para ganar. Tampoco repetir el concepto de “mano dura”, que fue el slogan de la primera vuelta. La idea que el fujimorismo venderá para la segunda vuelta será del “Gran reencuentro nacional”. Keiko Fujimori, por eso, no tendrá miramientos en pedir perdón las veces que sea posible, y hasta traerá citas de la Biblia en sus declaraciones públicas.

En el fujimorismo saben que, además de su núcleo electoral que calculan en 10%, tienen asegurados un porcentaje de peruanos de derecha que ven a Castillo como un peligro. Calculan que ahí hay un 25% de votos asegurados. Este bolsón en la primera vuelta se distribuyó entre varios candidatos presidenciales. En la misma línea, en el fujimorismo creen que hay un voto antifujimorista que nunca lograrán convencer, pero hay temor de que crezca. Eso ya ocurrió en el 2011 y 2016, donde Keiko Fujimori perdió en segunda vuelta.

Por eso, uno de los planes de Keiko es evitar que en la segunda vuelta aparezca nuevamente la polarización fujimorismo versus antifujimorismo. Lo que ella buscará, como adelantó en la conferencia de prensa que ayer dio en su local de Paseo Colón, es “un debate de ideas”. A sus huestes Keiko Fujimori les ha ordenado que cuiden sus declaraciones y no “terruqueen” o “menosprecien” a Castillo. Eso, según los cálculos políticos de Fujimori, puede terminar de jugar a favor del candidato cajamarquino.

“Ellos merecen nuestro respeto, son peruanos que han encontrado en su decisión de apoyar al señor Castillo su manera de protestar frente a la indiferencia del Estado que ha ocurrido durante tantos años”, dijo Fujimori ayer en Paseo Colón. La estrategia fujimorista es vender la idea de que ellos sí tienen un plan para apoyar a esta población vulnerable y no son “un sancochado” como el equipo de Castillo. Keiko, por eso, centrará su mensaje en las pequeñas empresas, agricultores, informales y ambulantes. Dirá, además, que la crisis económica y sanitaria producto de la pandemia se debe a los gobiernos que el Perú tuvo desde Alejandro Toledo en adelante.

Jorge Nieto Montesinos y Julio Guzmán: en el fujimorismo no descartan conversar con ellos. ¿Nieto y Guzmán aceptarán? (Foto: Andina)

Fujimori cree que el voto de disputa con Castillo está en los millones de personas que más han sido afectados por la pandemia. Está, según las fuentes consultas, dispuesta inclusive a aceptar que se hagan ajustes en algunos puntos económicos a la Constitución de 1993. La estrategia de Fujimori también busca que Castillo tampoco colecte votos poniéndolo el rótulo de “candidata de los ricos”. Por eso, ha enviado un emisario para que converse con la Confiep y los convenza de alejarse lo más que se puede de la campaña electoral. Fujimori no quiere que aparezcan en canales de televisión anuncios financiados por los grandes empresarios en favor de ella.

“Keiko buscará vender la idea de que es una socialdemócrata y que no es la misma del 2016”, dice una fuente fujimorista. En esa línea, en Fuerza Popular no descartan hasta entablar conversaciones con Julio Guzmán y convocar a líderes progresistas o de izquierda democrática. Uno de los primeros nombres que al fujimorismo le interesa jalar es Jorge Nieto Montesinos, el candidato congresal más votado de Victoria Nacional que todo apunta no logrará una curul por la valla electoral. En Fuerza Popular, incluso, no descartan ofrecerle a Guzmán y Nieto Montesinos cargos políticos en un eventual gobierno fujimorista.

En las próximas semanas Fujimori también buscará venderá la idea de que ella liderará un “frente nacional” para evitar que el Perú se convierta en Corea del Norte o Camboya. Dirá que ella, a diferencia de Castillo, sí tiene cuadros técnicos y “un plan de gobierno que no está en los años setenta”. En Fuerza Popular saben que son los favoritos para la segunda vuelta, pero también hay mucho temor de perder una vez más en segunda vuelta. Eso es lo que les pasó en el 2011 y 2016.